Jaque mate o el arte como juego
21 julio, 2009Siempre me ha parecido ver en un jugador de ajedrez al demiurgo por excelencia en pleno proceso de creación. Sentado, inamovible, con la mirada puesta en un solo punto, su extraordinaria concentración define una imagen icónica única, mucho más simbólica que la de un escritor, un pintor o un músico en el momento de su máxima inspiración. Pero, a diferencia de los anteriores, el ajedrecista espera un final, puesto que en realidad toda la elaboración de sus movimientos aspira a un desenlace trágico: vencer al rey, al otro rey, al alter ego. Rey vencido, jaque mate.