28 julio, 2009
Publicado por Marcos A. Cañada
No comprendo cómo ninguna clase de expresión artística se puede llegar a infravalorar, pero en estos tiempos en los que todo es válido —sobre todo cuando median las musas— hay un arte que aún se menoscaba: el cómic.
El cómic es un medio de expresión que algunos tildan de menor, frívolo e incluso ligero. Me niego a creer —y he tenido mis dudas— que sea un arte menor. Desde la tira cómica, pasando por el magazine de superhéroes, hasta la novela gráfica de mayor calado, el cómic ha tenido una influencia fundamental en el arte, y especialmente en el cine. Es evidente su influencia en superproducciones americanas con toda clase de superhéroes, pero también en títulos de peso específico, como Una historia de violencia, Persépolis o Vals con Bashir. El cómic atrapa y, una vez que lo ha hecho, puedes tratar de alejarte de su universo, pero ya no te suelta, quedas irremediablemente abducido.
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